Localizada en el Golf PGA Caldes de Malavella se plantea una agrupación de viviendas colectivas sobre las vistas a la calle del hoyo 18. Plantear una agrupación de vivienda plurifamiliar en un entorno tan impactante la estrategia siempre fue clara: compromiso. Compromiso con el entorno, y compromiso con los usuarios y su pasión por el golf.
Para integrarse con el entorno cada bloque se fragmenta en tres menores para conseguir de este modo reducir su escala y la vez se clava en el terreno para intentar no sobrepasar la altura de los árboles existentes. También el edificio se desintegra cuando llega a los extremos y de este modo fundirse con el paisaje.
El edificio oculta su escala transformando sus ventanas en grandes aberturas las cuales siempre quedan en la sombra mediante el juego de sombras reproducido por la variedad de porches y pérgolas que tiene el edificio.
Los usuarios, unos fanáticos del golf son el otro baricentro de la propuesta. A nivel de distribución de la vivienda, toda la vivienda es orientada al campo de golf: el estar-comedor cocina y la suite están dominados por un gran ventanal acompañados de un balcón corrido; el resto de espacios, como aseos, recepción y habitación de invitados se orienta al otro extremo del edificio pero siempre permitiendo ver el campo mediante el juego de transparencias de los cerramientos.